Yo creo que a todos los hombres… ~ Pacto Producciones Blog

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jueves, 31 de julio de 2014

Yo creo que a todos los hombres…

Ser padre de una niña.





        Yo creo que a todos los hombres les debe pasar lo mismo… ¿Quién no ha escuchado alguna vez esa canción? Lucho Barrios hizo un verdadero himno de lo que los padres sentimos al enfrentarnos a la idea de tener una niña. Es un clásico en la mayoría de los hombres esperar un varoncito, para jugar a la pelota, compartir el gusto por los autos, las películas de acción, etc. Pero cuando esa preferencia se hace exclusiva no es bueno. En mi caso personal, pedí expresamente a Dios un niño, por lo que explicaba anteriormente, sumado a la idea de que en ellos es más fácil la crianza, al machismo tonto de mantener el apellido y al temor a que te llamen “chancletero” (ahora me avergüenzo de haber pensar eso), y muchas otras cosas que se acumulan en la cabeza de un padre primerizo. Pero Dios en Su inmensa sabiduría me dio precisamente lo que no pedí, y así he visto otros casos, y también a la inversa, querían niña y nació niño. ¿Por qué?. “Pedís y no recibís, porque pedís mal” dice la Biblia. Dios no nos da lo que queremos, nos da lo que necesitamos, y una niña es lo que yo necesitaba para darme cuenta lo equivocado que estaba en pedir un determinado sexo.
        No fue fácil cambiar el celeste por el rosado, los Hot Wheels por My Little Pony o el Max Steel por Barbie, pero al ver la unión que existe entre hija y padre (y en otros casos, hijo y madre) es suficiente para restregarme mi error en la cara. Notarlo me hizo ver en las pelis que esta unión también ha sido recogida por el cine: Taken (2008), Gamer (2009), Non stop - Sin Escalas (2014), Edge of Darkness (2010), el personaje Big Daddy en Kick Ass (2010) y Jensen Ames en la Saga de Las Carreras de la Muerte… Los hombres rudos tienen hijas… me causó gracia notarlo.
         Los hijos son los que nos hacen trascender en la vida, es el mundo que se abre a sus ojos el que nos hace redescubrirlo junto con ellos. Sus movimientos improvisados, sus miradas ansiosas, sus sonrisas, no importa si son niños o niñas, es esa magia la que colorea nuestros días. ¿Vas a ser padre? Tal vez te hace falta ver el mundo color rosa.






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