septiembre 2014 ~ Pacto Producciones Blog

Pages

miércoles, 24 de septiembre de 2014

A las 5 me bajo.

Remezones que despabilan.




        Hace un tiempo, después del trabajo, tarde, tomé la micro a mi casa. Junto a mí, un hombre ebrio balbuceaba, entre lo que se le entendía se escuchó: “Uno, a las 5 me bajo”. Mientras seguíamos el trayecto escuché, “2, a las 5 me bajo”, para el 3 ya había notado que el borracho contaba los “lomos de toro”. Nadie parecía interesado en su cuenta, menos yo, que sólo pensaba en confirmar mi sospecha. Dos paraderos antes de llegar a mi destino, “5, aquí me bajo”… Este inocente hecho me golpeó la cabeza. Cuantas veces en la vida, embobado, borracho por el éxito, el dinero, la salud, etc. lo único que nos orienta, son los golpes, los zamarreos.
        Hace unos días un amigo me contaba que su familia cristiana estuvo pagando 11 años el dividendo de su casa, gracias a su trabajólico padre y su bien remunerada labor. Ellos pasaban por esos días holguras económicas y todo parecía ir bien, pero a un año de terminar de pagar la casa y que ésta fuera propia, el padre quedó sin trabajo y sin dinero para pagar los dividendos, la perdieron. Pagaron 11 años, eran 12 en total y por uno sin pagar quedaron sin casa. La vida que les continuó distaba mucho de ser buena… Siendo cristianos como lo tomaron le pregunté a mi amigo. No tengo recuerdos buenos de mis papas de esa época, me contó, mi papá trabajaba y mi mamá ordenaba la casa y vida familiar bien poca había. Después de todo, lo que les pasó fue bueno.
        Nunca dejemos que la vida nos maree con sus vueltas y nos distraiga poniendo atención a cosas que no valen. No esperemos “lomos de toro” que nos zamarree para reaccionar, esos saltos pueden resultar muy bruscos. Concentrémonos en el amor, la felicidad, la familia, para que no nos escuchemos diciendo “a las 5 me bajo”.






jueves, 18 de septiembre de 2014

Tortugas Ninja: Los reptiles que hablan, patean y comen pizza.

A quién creerle.





      Los mutantes amantes de pizza volvieron a las pantallas. Ahora son digitales y con bastante expectativa hicieron aparición en Chile pero la nostalgia de la trilogía del 90 sigue presente. Tal vez sólo las nuevas generaciones disfrutarán como se debe esta versión, pero para los que alucinamos con las figuritas de acción de Pepsi siempre nos resultará deficiente. A mi parecer, no son culpables Jonathan Liebesman y su equipo, somos nosotros. Al intentar encontrar en esta movie lo que sentimos cuando vimos las primeras, es imposible, lo mismo pasó con Robocop (2014). Hace 20 años, claramente no éramos los mismos. Ser niños nos hacía ver el mundo con otros ojos, con más imaginación y credulidad. Eran tortugas, ninjas, mutantes y hablaban y aún así, les creímos todo, sabíamos que era ficción pero nunca nos cuestionamos su argumento. Ahora todo parece filtrado por nuestra razón. A veces es bueno, a veces es malo.

        Hace días hubo un suicidio en las líneas del Metro de Santiago, se detuvo el servicio y ese era el único medio de regreso que sabía, sin conocer mayormente la ciudad me uní a dos compañeros que vivían en el centro. Nos subimos a una micro después a otra y mientras veía pasar el tiempo y la hora de mi bus de regreso fuera de la ciudad se cumplía, empecé a ponerme nervioso. Si seguía así perdería mi pasaje. Un compañero que atento miraba su celular buscando información de cuando volvería el servicio, dijo: - Ya!!!, lo abrieron, y el otro: - Acá hay una estación, bajémonos. Yo podría haber seguido en la micro, esperando llegar no tan tarde, pero confié en ellos, en uno que sabe más que nadie de internet y en el otro que ha vivido toda su vida en Santiago. Yo sabía que ellos sabían. Nos bajamos, tomamos Metro y llegué a la hora para tomar mi viaje.
        Creerle a alguien que sabemos que sabe es fácil, porque nuestra confianza está en él. Entonces, ¿Por qué nos cuesta tanto creerle a Dios, si sabemos que Él sabe, y sabe todo?. En cuanto a Dios, filtrar por la razón no es bueno. Aquí es donde debemos ser como niños (Mateo 18:3) y no cuestionar, primero su existencia y segundo, sus decisiones. La razón, la naturaleza humana, es creer en lo que se puede ver. Pero felices son los que creen en lo invisible (Juan 20:29).
     Cuando niños no nos causó conflicto unas tortugas parlantes, pero la madurez nos trajo el cuestionamiento, no lo empleemos en lo divino. Dios no trabaja en lo racional y si vamos a creerle a alguien que sabemos que sabe, que ese sea Él.









martes, 16 de septiembre de 2014

Postales 08: 18 de Septiembre.

Año 3 - Postales.

        En esta entrega hablamos del sentimiento festivo de la independencia, de ese orgullo de ser "libre"... ¿De qué?. Todavía nos atan muchas cosas.
      Usamos la plataforma 3D de Youtube y una performance especialmente dispuesta para ello.


 PORTADA



PORTADA 3D



POSTALES 18 DE SEPTIEMBRE

martes, 2 de septiembre de 2014

Ascensores y Descensores.

El ir en busca de más.



       Día viernes. El liceo ya había cobrado su tiempo, y casi irónicamente regalaba algunas horas a sus trabajadores. Por mi parte esperaba desaparecer este día entrenando, y eso hice al terminar la faena. Todo bien, cansado, pero bien. Vuelta a casa, inminente; micro, solución. Fue entonces donde la ventana junto a mí me permitió ver un ascensor porteño, y a pesar del cansancio, pensé: “¿Por qué se llaman ascensores, si también bajan?”. Esta simple oración me invitó a un pensamiento mucho más profundo que el que había tenido antes al verlos.
        El hombre desde tiempos inmemorables ha tenido el afán de subir. No ha conformado su existencia en estar siempre abajo, tan solo viendo espectros en las alturas. Ha mirado dudoso, con resquemor y humildad; sin embargo, y aunque han sido pocos, nunca han escaseado los valientes dispuestos a sobrellevar el desafío de ascender.
        Cada ser humano ha puesto en sus alturas al amor, al dinero, a la familia, al éxito, entre otros tantos objetivos que pretenden alcanzar con sus ascensores.
        Algunos han puesto el recorrido de su ascensor hacia una altura cercana, resistiéndose al fracaso, otros hacia una distante, deseando una vista maravillosa. Algunos pusieron el ascensor en arena, totalmente inestable, mientras que otros buscaron un cerro fuerte y bien fundado para establecerlo. Algunos solo pretenden subir, aunque otros también han considerado el bajar en su trayecto. En fin, ya sea en ascensores o “descensores”, ¿Hacia donde va el final de tu recorrido?